Adicción al deporte

Adicción al deporte

Cuando hacemos ejercicio se liberan en nuestro cuerpo una serie de sustancias químicas llamadas neurotransmisores, como las endorfinas o la dopamina, que en exceso, pueden provocar sensación de recompensa y satisfacción.

Esta hormona es producida como un analgésico por el organismo. Cuando la persona realiza ejercicio de modo extremo, el cuerpo produce endorfinas para aliviar el dolor y la sintomatología negativa que se siente. Conforme pasa el tiempo la persona necesita una mayor producción de endorfinas para ir soportando el dolor. De este modo se entra en un círculo adictivo y de necesidad con base biológica.

Cuando realizamos ejercicio de forma frecuente el cuerpo comienza a habituarse a estas sustancias y necesita de ellas. Cuando se dice que el deporte causa adicción es una afirmación real, ya que el cuerpo se hace adicto a estas sustancias y necesita mantener una concentración similar para sentirse satisfecho y evitar así el síndrome de abstinencia.

endorfinas

El 18% de las personas que practican ejercicio físico con asiduidad son adictas al ejercicio y suelen practicar más las actividades no dirigidas que ofertan los gimnasios, siendo más común en el ámbito de la musculación. La adicción es más frecuente entre mujeres de 16 a 25 años, disminuyendo significativamente a partir de los 33.

El ejercicio es bueno y saludable, aumenta la capacidad de superación personal y genera numerosos beneficios tanto físicos como psicológicos para el cuerpo. Pero una práctica excesiva puede causar problemas, dependerá de la intensidad y la frecuencia con lo que se realice. Hoy en día se han puesto en auge modalidades deportivas como el triatlón, trail running, maratones, ironman… Que fomentan la práctica deportiva extrema que no está indicada para cualquier persona.

Segmentación de la adicción deportiva en tres fases:

1º fase, se practica deporte por placer

2º fase, el objetivo es mejorar la belleza física, el bienestar, liberarse del estrés o relacionarse con otras personas

3º fase, es en esta dónde aparece el abuso y la necesidad de hacer deporte sin control.

Señales de alarma

  • Se realiza ejercicio de manera obsesiva, adictiva y sin control.
  • Autoimagen distorsionada y baja autoestima.
  • Preocupación obsesiva por la figura.
  • Culpabilidad e irritabilidad cuando no pueden realizar ejercicio.
  • Sesiones de entrenamiento de 4 horas diarias.
  • Abandonan sus actividades de ocio habituales y de responsabilidad.
  • Se aíslan de su ambiente social y familiar. Se vuelven introvertidos y mantienen poco contacto social.
  • Adicción física a la producción de endorfinas.

Consecuencias

Los adictos al deporte pueden llegar a sufrir numerosos problemas orgánicos y lesiones físicas como consecuencia de una práctica de deporte desmedida. Además es común un trastorno alimentario como consecuencia de un estricto control sobre su alimentación, pudiendo derivar en trastornos metabólicos que puede derivar en  un aumento de peso, que repercute negativamente en los huesos, tendones, músculos y las articulaciones.

También es frecuente el uso de productos dopantes, anabolizantes y esteroides. Se busca mejorar el rendimiento e incrementar el volumen de los músculos pero el uso de estas sustancias lo que le reporta son alteraciones metabólicas y de salud.

La mejor adicción al deporte es aquella que se hace con responsabilidad. Ningún exceso es bueno. Existe un punto de equilibrio que es dónde se encuentra la virtud y es ahí donde tendremos que poner nuestra meta.