El baño turco y la sauna se basan en la temperatura como método de cuidado del cuerpo. En nuestro Centro Deportivo de Morales Sport podrás disfrutar de unas magníficas instalaciones de baño turco y sauna en las que relajarse, recuperarse o simplemente disfrutar de la gran experiencia de cuidarse.
Desde la antigüedad el calor se ha utilizado como un método de terapia. Diferentes civilizaciones como los aztecas, los mayas, los romanos, los griegos y por supuesto, los turcos, se servían de los baños públicos como un lugar de purificación y terapia para el cuerpo.
Tanto el baño turco como la sauna se utilizan con fines higiénicos y terapéuticos y tienen indiscutibles beneficios sobre la salud y el estado de la piel. Su uso regular permite prevenir enfermedades, dolencias o desequilibrios del organismo.
Es un baño de calor húmedo con una temperatura que oscila entre los 25 a 50 grados, dependiendo de la altura, y con una humedad relativa del 99%. Con una humedad tan alta y un ambiente saturado de vapor de agua apenas se produce sudoración.
Estas condiciones benefician al organismo tanto interna como externamente. El agua condensada en el ambiente ayuda dispersar el calor y refrigerar el cuerpo.
Beneficios del baño turco
El vapor acelera las funciones metabólicas del organismo favoreciendo la circulación de la sangre y estimulando el sistema nervioso, respiratorio y hormonal.
Además elimina toxinas e impurezas y estimula la circulación sanguínea.
Es especialmente beneficioso para el sistema cardiorespiratorio. Los pulmones aumentan su capacidad de intercambio de oxígeno y ventilación, produciéndose beneficios en los procesos de recuperación de los músculos.
Humedece las vías respiratorias, es expectorante y ayuda a combatir la bronquitis, la sinusitis y otras afecciones de tipo respiratorio.
Aumenta la oxigenación, revitaliza los tejidos y retrasa el proceso de envejecimiento de la piel. Permite una profunda limpieza de la epidermis al eliminar las toxinas e impurezas, dejando la piel lisa y suave.
Indicado para adolescentes con problemas de acné al limpiar los poros en profundidad.
Alivia los dolores de las menstruaciones, contribuye a la limpieza de los genitales femeninos y facilita la secreción del flujo vaginal.
Relaja el sistema nervioso favoreciendo la relajación. Proporciona una gran sensación de bienestar general ya que el calor ayuda a liberar tensiones, reducir el estrés, la ansiedad y favorecer el descanso por la noche.
Es menos estresante para el organismo que la sauna.
La sauna es una habitación de madera donde la temperatura puede llegar a los 90 grados, sin embargo no se producen quemaduras porque se combina con una humedad muy baja.
El calor acelera algunas de las funciones vitales del organismo que pueden ser aprovechadas para aumentar los beneficios que provoca en nuestro cuerpo.
Beneficios de la sauna
El aumento de la temperatura en el cuerpo produce un sudor profundo durante el baño, el resultado es que los poros se dilatan y se eliminan las células muertas. La sauna elimina del cuerpo metales pesados (como el plomo, mercurio, o el cadmio). Además elimina alcohol, nicotina, sodio, ácido sulfúrico y combate el colesterol. En contraposición, perdemos minerales que podemos recuperar con una bebida isotónica.
A parte de eliminar las toxinas del organismo, aumenta las defensas, elimina virus y células tumorales. Los ductos de sudor y la capa epidérmica también se deshacen de bacterias debido a la sudoración profunda que da lugar a la circulación capilar.
Al dilatar los vasos capilares obliga a bombear al corazón con más fuerza para mantener la presión sanguínea. Para personas con afecciones cardiovasculares se aconseja que la sauna no supere los 65 grados centígrados.
Mejora la respiración.
Despeja las vías respiratorias al hacer más fluida la mucosidad. Los pacientes con enfermedades pulmonares obstructivas mejoran transitoriamente sus funciones pulmonares.
El calor producido en el cuerpo ayuda a la liberación de endorfinas y el cuerpo obtiene un efecto calmante que conduce a la reducción de dolores musculares o artritis. Ejerce un efecto positivo sobre el sistema locomotor y el estado psicoemocional aliviando el dolor artrítico. A medida que los vasos sanguíneos se dilatan y la circulación mejora, el proceso de curación natural del cuerpo se incrementa lo que se traduce en menos dolores o dolores menos agudos.
La sauna ayuda a deshacerse del exceso de calorías. Esto sucede debido al proceso de sudoración en sí, así como el aumento del ritmo cardíaco. Sentarnos en una sesión de sauna nos puede hacer quemar alrededor de 300 calorías, pero no nos hace perder grasa, ni fortalece los músculos.
Cuando se eleva la temperatura corporal se produce una liberación de endorfinas que se van desprendiendo por la noche induciendo a un sueño relajado y profundo. Es te efecto desestresante ayuda a combatir tanto el insomnio como el stress.
Precauciones para ambos