Las rodillas son las articulaciones más grandes y complejas del cuerpo, están formadas por ligamentos, cartílagos y tendones que sujetan los huesos y permiten la movilidad. Son el eje central de las extremidades inferiores y su posición estratégica las hace especialmente sensibles a sufrir diferentes dolencias.
Dolor, hinchazón, falta de movilidad, chasquidos, y pequeñas dolencias son algunos de los trastornos más habituales que afectan a nuestras rodillas. Como bien dice nuestro refranero popular “Más vale prevenir que curar” por eso es muy importante tener buenos hábitos que minimicen o eliminar las probabilidades de sufrir molestias en las rodillas.
Sobrepeso. Es uno de los factores de riesgo más importantes, una reducción en el peso puede hacer desaparecer estos dolores.
Calzado. Usar un calzado adecuado es fundamental. Los pies son nuestra base de apoyo y sustentan todo nuestro cuerpo. Llevar un calzado adecuado favorecerá que la posición de las rodillas sea la más correcta y evitar sobrecargarlas.
Ejercicio. El ejercicio es imprescindible para fortalecer la musculatura de nuestras rodillas y ayudar a evitar la sobrecarga de la articulación. El deporte elegido debe adecuarse a nuestro estado y condiciones físicas. Es conveniente, si ya se sufren dolores, hacer ejercicio dirigido y controlado por un monitor o especialista deportivo que controle el desarrollo de la actividad física.
¿Qué hacer cuando ya tenemos dolor?
¿Cómo nos beneficia el deporte?
Para los deportistas el dolor suele ser una rutina diaria, las articulaciones suelen verse afectadas enormemente a la hora de realizar ejercicio. En especial las rodillas, un dolor que es más habitual de lo que pensamos y que podemos solucionar siguiendo una serie de consejos.
El dolor de rodillas siempre se ha asociado a la práctica deportiva. La creencia popular dice que cuanto más deporte practiquemos mayor es el desgaste de las rodillas. Por este motivo cuando nos duele la rodilla dejamos de hacer ejercicio, algo que no es del todo beneficioso, ya que en la mayoría de los casos el dolor se debe a que no tenemos la suficiente fuerza en los músculos y los tendones que las rodea.
Fortalecer los músculos de las piernas nos dará resistencia y solidez a las rodillas que aguantarán mucho más y nos permitirán realizar todo tipo de actividad evitando el dolor. Para ello debemos entrenarlas de forma suave y progresiva. Comenzar con sentadillas que nos ayudarán a coger fuerza a la vez que mantenemos flexibles las rodillas y las acostumbramos al esfuerzo.