La sauna, es una buena herramienta para reparar el cuerpo, y que proporciona muchísimos beneficios con tan sólo 15 minutos de aplicación.
En la sauna se utiliza calor (seco o húmedo) que provoca una abundante sudoración del cuerpo como mecanismo de refrigeración. La diferencia de la sauna con cualquier método local de calor es que el calor localizado suele afectar a la piel y no a los tejidos profundos, mientras que en la sauna se inciden en los sistemas nerviosos y endócrino. El grado de profundidad que alcanza la radiación térmica es de unos 4 cm, suficientes para estimular la sudoración sin producir sensación de sofocación o malestar.
La temporada de la sauna oscila entre 80 y 100 ºc, pero no se producen quemaduras porque se combina con una humedad muy baja (calor seco) y por lo tanto no llega a quemar.
El aumento de la temperatura en el cuerpo produce un sudor profundo durante el baño, el resultado es que los poros se dilatan y se eliminan las células muertas. La sauna elimina del cuerpo metales pesados (como el plomo, mercurio, o el cadmio). Además elimina alcohol, nicotina, sodio, ácido sulfúrico y combate el colesterol. En contraposición, perdemos minerales que podemos recuperar con una bebida isotónica.
A parte de eliminar las toxinas del organismo, aumenta las defensas, elimina virus y células tumorales. Los ductos de sudor y la capa epidérmica también se deshacen de bacterias debido a la sudoración profunda que da lugar a la circulación capilar.
Al dilatar los vasos capilares obliga a bombear al corazón con más fuerza para mantener la presión sanguínea. Para personas con afecciones cardiovasculares se aconseja que la sauna no supere los 65 grados centígrados.
Despeja las vías respiratorias al hacer más fluida la mucosidad. Los pacientes con enfermedades pulmonares obstructivas mejoran transitoriamente sus funciones pulmonares.
El calor producido en el cuerpo ayuda a la liberación de endorfinas y el cuerpo obtiene un efecto calmante que conduce a la reducción de dolores musculares o artritis. Ejerce un efecto positivo sobre el sistema locomotor y el estado psicoemocional aliviando el dolor artrítico. A medida que los vasos sanguíneos se dilatan y la circulación mejora, el proceso de curación natural del cuerpo se incrementa lo que se traduce en menos dolores o dolores menos agudos.
La sauna ayuda a deshacerse del exceso de calorías. Esto sucede debido al proceso de sudoración en sí, así como el aumento del ritmo cardíaco. Sentarnos en una sesión de sauna nos puede hacer quemar alrededor de 300 calorías, pero no nos hace perder grasa, ni fortalece los músculos.
Cuando se eleva la temperatura corporal se produce una liberación de endorfinas que se van desprendiendo por la noche induciendo a un sueño relajado y profundo. Es te efecto desestresante ayuda a combatir tanto el insomnio como el stress.
Existen ciertos aspectos a tener en cuenta y otros donde la sauna es contraindicada.
En el deporte, tan importante es el entrenamiento, como la nutrición, el descanso y la recuperación. Estos son los 4 pilares sobre los que se fundamenta cualquier actividad física y sobre los cuales el deportista tendrá que centra su atención si quiere que sus progresos sigan evolucionando.